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El pasado viernes dimos comienzo a las tertulias literarias que celebraremos cada quince días durante esta tercera evaluación. El texto elegido fue uno de los cuentos más famosos de su autor Oscar Wilde: El príncipe feliz. He de decir que tenía mis dudas con respecto a las tertulias, sin embargo, todos salimos más o menos satisfechos. ¡Parece mentira todo lo que salió de un relato tan breve! Así que, tras la Semana Santa, nos volveremos a juntar. Quería agradecer a Igone Alberdi tanto el hecho de "prestarnos" la biblioteca en un horario problemático, como su participación y entusiasmo.
Las tertulias dialógicas se basan en la idea de aprender juntos en comunidad, aprender de los demás y con los demás. Aunque el pretexto puede ser un relato literario, un texto ensayístico, una novela o unos capítulos de un clásico, la tertulia no es específicamente literaria, sino que el texto se convierte en un pretexto para compartir y dialogar. Lo importante es la interacción sin jerarquías.
La dinámica es la siguiente:
- Lectura en casa del relato o del texto propuesto.
- Selección de dos o tres fragmentos o párrafos. Se seleccionan porque nos gustan, nos llaman la atención o no estamos de acuerdo, porque nos sugieren una vivencia, porque nos recuerdan algo... Los escribimos para no olvidarlos.
- Reunión el día y la hora acordados en la biblioteca.
- La tertulia comienza con una ronda de opiniones. Cada persona comparte el fragmento seleccionado y la reflexión sobre su lectura.
- Se abre un debate después de cada comentario.
- Sigue la ronda de reflexiones hasta que todos han participado.
- Entre todos, se hacen propuestas para decidir la próxima lectura.
Las tertulias dialógicas llevan funcionando con un éxito rotundo desde los años ochenta. Os adjunto un documento donde profundizan en la dinámica, por si os interesa.